EL MUELLE DE LEVANTE

UN HITO EN LA INGENIERÍA

La Junta Especial de Comercio y Puerto de Huelva, actual Autoridad Portuaria de Huelva, se gestó el 8 de diciembre de 1873, por lo que en 2023 cumple su 150 Aniversario. El contexto en el que se lleva a cabo tal evento coincide con el boom de la minería, y el desarrollo portuario de Huelva se ve beneficiado por tal acontecimiento. El mineral que se explota en las minas hay que transportarlo a los países industrializados del momento, y las más destacadas compañías mineras instalan sus infraestructuras en la zona de servicio portuario, a la vez que el Puerto de Huelva construye sus propios muelles para atender las necesidades de diferentes compañías.

A principios del siglo XX, un ingeniero entra en escena, Francisco Montenegro y Calle, que dirige el Puerto de Huelva y sus construcciones, llegando la institución a alcanzar algunos años de su mandato, incluso, el segundo puesto por volumen de tráfico. Pero este engrandecimiento no cegó a tan visionario personaje, que tenía que preparar la zona de servicio para nuevas empresas y actividades. Y así comienza a estudiar la puesta en marcha de la obra del primer muelle de fábrica del Puerto de Huelva, el Muelle de Levante, un hito en la ingeniería de la época por su construcción a base de cajones de hormigón armado.

EL PROYECTO

El proyecto de Muelle de fábrica fue firmado el 4 de octubre de 1911, hoy denominado Muelle de Levante. 

Francisco Montenegro puso en marcha su obra más arriesgada, el muelle de Levante. De hecho, tuvo que salvar multitud de obstáculos durante años para ver coronado su propósito, aunque contó con innumerables apoyos. Conocía otros puertos con peculiaridades similares en los que se levantaba este tipo de muelle, como ejemplos Rótterdam o Trieste.

Entre las gestiones que tuvo el expediente de la obra cabe destacar que, durante unos días, estuvo expuesta una maqueta del proyecto en uno de los salones del Círculo Mercantil y Agrícola de Huelva, que fue muy admirada.

Montenegro aceleró en todo momento la gestión del proyecto, siguiendo con constancia y de cerca toda su evolución. También demuestra el fuerte respaldo que recibió de personalidades notables de la época. Finalmente, se conoció la aprobación por Real Orden de 28 de noviembre de 1914. Su trascendencia para el porvenir de Huelva provocó un movimiento de entusiasmo en la Junta de Obras y en la ciudad, celebrándose un gran banquete homenajeando a Montenegro en el Gran Hotel Internacional. Tan valorado fue el personaje que un año después, en la sesión municipal de 20 de agosto de 1915, se presentó la propuesta de nombrarlo hijo adoptivo de la ciudad, que se aceptó por unanimidad.

Pero las condiciones del momento no eran las adecuadas, pues el desarrollo de la obra exigía, en principio, el dragado y la formación de un terraplén de más de tres millones de metros cúbicos. Para ello, la Junta de Obras del Puerto de Huelva consiguió apoyo del Ayuntamiento, la Diputación y la Cámara de Comercio, Industria y Navegación. El día 1 de julio de 1915 se inauguraron los trabajos de dragado, a las órdenes de los contratistas Bos y Heijblom. A las 14.00 h, una draga comenzó a excavar en la nueva zona donde se iban a construir los muelles de ribera. Los dragados se iniciaron delante del muelle de Viajeros, con dirección al muelle Norte. Trabajaba la draga Suez II. Asistieron al acto numerosas autoridades y público en general, todos congregados en el embarcadero de Viajeros. El pueblo de Huelva era consciente del importante acontecimiento, por lo que supondría para el comercio una vez construida la infraestructura y la mano de obra que iba a ocupar en esos momentos.

Por tanto, a pesar de una coyuntura difícil, la Junta no estuvo inactiva y consiguió el dragado de la zona del emplazamiento casi en su totalidad. Ya en los años veinte, el director ya pudo alcanzar su objetivo, un muelle de fábrica para el Puerto de Huelva. El Muelle de Levante.

El proyecto original de Muelle de fábrica fue revisado, apostando por otro tipo de cajón más estable y fácil de construir, y tras unos contactos con el Gobierno por parte de los representantes del Puerto de Huelva -entre los que destacamos al presidente desde 1917, Tomás Domínguez Ortiz, y al propio director, Francisco Montenegro- se aprobó, por Real Orden de 13 de noviembre de 1923, el proyecto reformado de la obra en cuestión.

En estos años se propulsó la construcción del muelle de Levante, facilitándose su ejecución, sin pérdida de tiempo. Precisamente, ese período histórico se distinguió por el desarrollo de las obras públicas y el Puerto de Huelva no fue una excepción. Así las cosas, la Junta de Obras del Puerto continuó incansable tras la consecución de fondos. Sin duda, el objetivo de levantar el nuevo muelle de mercancía general supuso muchos años de esfuerzo, casi toda la fase de Montenegro en la Dirección del Puerto, aunque no fue su única empresa.

Muelles definitivos

El 27 de enero de 1924 se festejó el comienzo de la ejecución de los muelles definitivos, que llevaban trece años en tramitación, y la población participó unánimemente. La construcción abarcaba una longitud total de mil doscientos metros lineales de muelle de costa, conformados por treinta cajones de hormigón armado, los mayores bloques levantados hasta el momento en Europa.

Por Real Orden de 6 de agosto de 1926 se adjudicó la obra a Mariano Baselga y Jordan, representante de la empresa Vías y Riegos, S.A., por la suma de 8.778.000 pesetas. Las labores comenzaron dentro del plazo preceptuado en el pliego de condiciones facultativas de la contrata. El diario La Provincia de Huelva recogía, textualmente, que el proyecto “era un trabajo que honraba a la Ingeniería española, habiendo llamado la atención en Madrid”.

El domingo, 18 de diciembre de 1927, se botó al agua el primer cajón de cemento que conformaría los llamados muelles definitivos. Los preparativos comenzaron muy temprano, y se aprovechó la bajada de la marea para sacarlo del dique flotante que Vías y Riegos S.A. había levantado junto a la cabeza del muelle Sur. Este primer bloque fue construido hasta la altura de seis metros en el dique flotante y tenía, como los demás de su serie, las siguientes dimensiones: cuarenta metros de largo por diecisiete de ancho en su base y once de alto, entrando en su composición mil metros cúbicos de hormigón, que suponía un peso de dos mil quinientas toneladas. Una vez emplazado en su sitio, el cajón quedaba completamente cubierto en la pleamar y con un metro fuera del agua en la bajamar. Dos años después quedó colocada la primera sección de los muelles, compuesta por ocho cajones de hormigón armado. Eran ya trescientos veinte metros longitudinales. Posteriormente se iniciaría el relleno de estos cajones ya colocados con piedras.

Finalmente, los documentos analizados en el Archivo del Puerto de Huelva nos informan de que el 8 de enero de 1931 se colocó el último bloque, y al año siguiente se firmó la liquidación del proyecto, y aunque hasta el día 7 de julio de 1931 no se llevó a cabo la recepción de los últimos trescientos metros, desde febrero de este mismo año, los Libros de Actas del Consejo de Administración informan de un oficio de la Dirección facultativa en el que se comunicaban las órdenes de servicio que se habían dado para el régimen provisional del tráfico en el muelle de fábrica en sustitución del de mareas, que se estaba destruyendo en esos momentos.

 A continuación, el muelle se fue equipando con la adquisición de 7 grúas eléctricas a la Sociedad Española de Construcciones Metálicas, Talleres Zorroza y se autorizó la compra de una locomotora con motor de combustión interna para el servicio de maniobras junto a una grúa flotante de 80 toneladas de carga.

Actualmente, el muelle de Levante, el primero de su clase en España y uno de los más importantes de sus características en el mundo -novedoso técnicamente no sólo por la fabricación de los cajones en dique flotante, sino también por la precarga que se realizó para la mejora de la cimentación-, sigue en activo. Y con toda la proyección y espíritu con la que nació para el desarrollo y disfrute de la gente de Huelva, y todos los que la visitan.

 

Por Ana María Mojarro Bayo

Jefa de División de Archivo, Documentación y Registro de la Autoridad Portuaria de Huelva