FUENTE O BANCO DE LAS NACIONES AMERICANAS

La zona de servicio del Puerto ha resultado para Huelva, desde su establecimiento a raíz de los terrenos ganados al mar, un lugar de desarrollo económico y mercantil, pero también un espacio donde la población onubense ha acudido en busca de luz, aire, diversión y esparcimiento…

Cabe destacar del entorno portuario la avenida que une el muelle de la Compañía de Rio Tinto con la Punta del Sebo, inaugurada en julio de 1917, en un principio denominada avenida de los Pinzones y avenida de La Rábida. Pero a partir de 1929, según se desprende del Fondo Diego Díaz Hierro, pasó a bautizarse con el nombre de avenida Francisco Montenegro, en honor al director del Puerto de Huelva que llevó a cabo el dragado y terraplenado de toda esa zona.

En la mencionada avenida se ubicaba la Fuente o Banco de las Naciones Americanas, a unos 500 metros del muelle de la Compañía de Rio Tinto.  Estaba presidida, en la parte central, por el escudo de la Junta de Obras del Puerto, a cuya iniciativa y patrocinio se debía. El historiador Diego Díaz Hierro describía el monumento con evocadoras palabras:

“Yendo por la Avenida de los Pinzones, admirable paseo de seis kilómetros, y recibiendo los amorosos saludos de la brisa, nos encontramos a la izquierda la llamada Glorieta y Fuente alegórica de las Naciones, monumento humilde, pero original. Fue inaugurado el 9 de julio de 1917, habiéndose restaurado en 1956. [….] En su parte derecha están dispuestos por este orden, con sus respectivos escudos los bancos dedicados a Uruguay, República de Colombia, República de Argentina, República Dominicana y Estados Unidos de América; a la izquierda estos otros: Cuba, Estados Unidos do Brasil, República de Venezuela, República de Chile y Bolivia”.

En el Diario Odiel del 19 de noviembre de 1955, en la sección “El perfil del Día”, el periodista Francisco Jiménez hace alusión a la Fuente, recordando hábitos del pasado:

“y era costumbre en otro tiempo descansar en los bancos de azulejos de la Fuente de las Naciones y refrescarse la boca con el chorro de agua alegre y cantarina que se elevaba de la taza”.

También, en el mismo diario, se denuncia su estado lamentable y la necesidad de ser restaurado. Quizás ante esta llamada de atención se rehabilitó al año siguiente, aunque poco después, en 1965, desapareció.

En el año 2022, el Puerto de Huelva la reconstruye, lo más fidedignamente posible, para poner a disposición de la ciudad una de las antiguas señas de identidad del patrimonio onubense.